Esas mañanas de domingo
en invierno,
a primera hora:
las calles recién regadas,
el aire fresco,
limpio,
el olor a cruasán de las cafeterías,
la locura
de los pájaros...
Como si la vida
te dijese:
mira, aquí me tienes,
vuelve a intentarlo.
Pode-se sempre começar de novo...
ResponderEliminarFelizmente que assim é, Luísa. :)
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