Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad de regir como un péndulo casi atroz el laborioso espasmo de la carne. Hay corazones de repuesto, que esperan sabiamente o por quién sabe qué mandato el momento de asumir su locura. Hay corazones sobrantes, que se descuelgan como puños de contrabando desde la permanente anomalía de ser un corazón. Y hay también un corazón perdido, una campana de silencio, que nadie sin embargo ha encontrado entre todas las cosas perdidas de la tierra. Pero todo corazón es un testigo y una segura prueba de que la vida es una escala inadecuada para trazar el mapa de la vida. |
Roberto Juarroz, Poesía Vertical VI
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terça-feira, janeiro 01, 2013
Hay corazones
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